A lo mejor este hecho de que muchos papeles trajeran un sobre liso, de color pero liso, haya tenido parte de culpa en un pecado aún mayor: el de encajarle cualquier sobre a un papel para tener un conjunto. Naturalmente que si escribo una carta en un papel decorado y, sea porque se me acabaron los sobres correspondientes o porque ese papel viene de un bloc y no de un set, lo envío en un sobre ajeno, no pasa nada. Incluso cada quién es dueña de ponerle un sobre ajeno a los papeles que guarda para sí misma. Lo que sí que no acepto de ningún modo, por engañoso, es colocarle un sobre cualquiera a un papel que no lo tiene para poder cambiarlo como si fuera un conjunto. Es como meterle a un coche el motor de otro.
Y no sólo es técnicamente una estafa: es una práctica que me aterra porque es tan fácil de cometer. Tan fácil, de hecho, cuando hay un mercado ávido, que los mismos distribuidores de papeles de carta la perpetraron de manera incluso más evidente que nosotras, que apenas reemplazando el sobre rosa "de fábrica" con otro del mismo color pero suelto ya nos quedábamos tan anchas. Tan fácil que, de la mayoría de papeles que tengo y cuyo sobre puede que no sea el original, me di cuenta recién de grande. Y lo peor es que en algunos casos es alevoso:
Un caso interesante es una serie preciosa de mediados de los ochentas, con unas nenitas muy bonitas sobre fondos cuadrillé o con otros estampados chiquititos, que en Brasil editó la marca Palacios Line y en Argentina ni idea. En Argentina los papeles en cuestión eran difíciles de conseguir, sobre todo con el sobre. De grande descubrí los homólogos brasileños, y los procuré ávida: los sobres son distintos a los que conocimos en Argentina.
La diferencia de intensidad del color no me interesa demasiado, varía en los otros conjuntos de la serie que tengo y, a décadas de impresos los papeles, es lógico que algunos hayan perdido color (menos lógico es que la pérdida de color sea distinta en la hoja y el sobre). El sobre me interesa más. El brasileño es más cuadrado, y en la solapa tiene un diseño cuidado repitiendo el estampado y las borduras de la hoja. En el primer conjunto, sólo la solapa está estampada; en el segundo todo el sobre. Descuido o distinta partida, no lo sé. La versión argentina, entretanto, tiene sobres alargados y cubiertos completamente con el estampado de fondo de la hoja. Lo curioso viene en los conjuntos rosados y rojos de la serie:
La versión brasileña se corresponde con los modelos azules, pero en Argentina ¡le encajaron un sobre rosa liso! Queda el misterio: si tan mezquinos estaban dispuestos a ser con los sobres de esta serie, ¿por qué no ponían sobres lisos en todos los modelos? ¿Por qué no pusieron un sobre de un color que combine con el del papel? ¿Por qué no hacer las cosas bien y hacer sobres estampados para todos los modelos?
¿Y vos? ¿Qué opinás de aparejar papeles con sobres sueltos?